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Matrioska
En la vieja Rusia vivía un fabricante de muñecas las hacía de madera, las pintaba de colores y les ponía grandes ojos y caras sonrientes un poco pícaras, un poco gruesas, un poco alegres. El Fabricante acudía a la iglesia todos los domingos, luego iba al bosque para buscar madera la quería vieja y fuerte,…
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El Hombrecito vestido de gris
Había una vez un hombre que siempre iba vestidod de gris, tenía un traje gris, un sombrero gris, tenía una corbata gris y un bigotito gris. El hombrecito vestido de gris hacía cada día las mismas cosas, se levantaba al son del despertador y al son de la radio hacía un poco de gimnasia. Tomaba…
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Cuando las luces se apagan no.4 – La niña de las botas rojas
Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, dice el dicho. Pero si quieres acomodar cuentos y canciones en el corazón de un niño inquieto, de una niña traviesa, para que por fin se animen a dormir; El jarrito resulta muy pequeño, a menos que…
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Cuando las luces se apagan no.3 – Abuelita aprende a leer
Hagamos de cuenta que esta noche es martes. Nos encontramos en una casita muy lejana de las luces de la ciudad, la luna ha venido menguando, y por lo tanto las estrellas están en creciente. Dentro de la casita de adobe y tejas vive una anciana y sus tres nietos, los niños, dos varones gemelos…
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66 Muestra Internacional de Cine
¡Y está aquí la 66 Muestra Internacional de Cine! https://www.cinetecanacional.net/micrositios/muestra66/ [rescue_spacing size=»40px»] La Camarista La casa junto al mar María por Callas Ven y mira Un día más con vida En guerra Plaza Paris Leto Ocho de cada diez La Boda Angelo Asako l & ll: Soñar o despertar
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Cuando las luces se apagan no.2 – Un cuento y dos canciones
Cuando las luces se apagan se encienden las estrellas, pero si la Luna está en la punta más alta de la noche las estrellitas casi no se ven y es que si la luna está llena se convierte en la reina suprema del cielo, y claro se pone toda vanidosa.
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¿Qué hacemos en Radiombligo?
Si eres un ser humano tienes ombligo. Sólo uno. Ese ombligo te alimentó mientras te formabas en la pancita de tu madre. Su trabajo llegó a su fin cuando naciste. Tal vez no sabes que hay un segundo ombligo, uno que sacia la otra hambre, la del espíritu. Su trabajo no termina nunca. ¡Es una estación de radio!