Hagamos de cuenta que esta noche es martes.
Nos encontramos en una casita muy lejana de las luces de la ciudad, la luna ha venido menguando, y por lo tanto las estrellas están en creciente. Dentro de la casita de adobe y tejas vive una anciana y sus tres nietos, los niños, dos varones gemelos de nueve años y la más pequeña una hembrita de cuatro. Sus padres murieron a causa de una enfermedad de eso ya tiene algunos años no tienen radio, no saben que hablamos de ellos, tampoco tienen televisión -tienen pero se les descompuso- Mientras contamos un poquito de su historia ellos ya están durmiendo. Son niños felices que van a la escuela y por las tardes le ayudan a la abuelita a fabricar escobas, los chicos las entregan cada sábado en el pueblo está como a media hora de camino, en burro.
También venden gelatinas y turrones en la escuelita, Tulio y Fernando son muy aplicados ya están en tercero y leen muy bien y ya se saben las tablas, Julianita no sabe leer todavía, pero es inteligente y muy pronto va a aprender.